FRASEOS MÁGICOS

FEEFIFOFUM QUARTET (Youkali Music, 2017)

No sabemos si el nombre del cuarteto proviene del tema de Wayne Shorter (Speak No Evil, Blue Note, 1966) o del cuento de Jack, aquel de las judías mágicas y los gigantes, pero lo cierto es que este cuarteto novísimo presenta un disco entretenido, con improvisaciones y arreglos efectivos y fáciles de escuchar, aunque nada complacientes, con temas cambiantes y llenos de recursos, un disco que lo tiene todo, salvo un nombre pronunciable.

En el panorama actual del jazz, moderno, renovador y agitado (y podría apuntar hoy al jazz español), viene bien de tanto en tanto recibir una dosis de frescura como la que aporta este cuarteto sin piano formado por Jordi Ballarín al saxo tenor, Carlos Murillo a la guitarra, Carlos Ibáñez al contrabajo y Miquel Asensio en la batería, un cuarteto que mezcla estilos y personalidades en cada tema con un groove muy particular y una falta de complejos absoluta.

El disco comienza con un tema ("El vuelco") que podría ser el resumen de todo lo comentado hasta ahora: un estallido inicial muy hardbop, como todos los instrumentos funcionando de una manera homófona, para después presentar a uno de los protagonistas, el saxo tenor, con un Ballarín que disfruta elaborando fraseos largos como canciones. Después, el tema cambia de ritmo y los músicos se dejan arrastrar por una base (casi) reggae en la que el saxo se mueve como pez en el agua, pasando de unos fraseos (casi) funk a una elaborada improvisación. El estilo de Ballarín parece ser este, un tenor imparable, de largos discursos, a menudo cantabile ("Mind The Gap"), que debería haber nacido en la época del West Coast. 

El segundo protagonista del disco es el guitarrista Carlos Murillo, solista en la mayoría de los temas, un músico en el que se pueden escuchar numerosas influencias, desde el swing y bebop hasta el jazz moderno o de fusión, virtuoso e imaginativo, capaz de sonar con alma de blues y, en el mismo tema ("9-3-93"), con la rabia del jazz-rock, apasionadamente lírico en otros momentos, como en la bossa "Abrázame". 


El contrabajista Carlos Ibáñez marca con pulso recto y un tempo subyugante el inicio del rítmico y adictivo "Rectilini" (compuesto por Miquel Asensio). Más tarde, en "Progresión" hay un bonito diálogo entre el contrabajo y la guitarra, que hace las veces de acompañamiento rítmico para que el solo cante la melodía con una dulzura difícil de extraer de este instrumento, poco protagonista en este álbum pero cuyo intérprete merece una observación futura y más detallada.

Del baterista valenciano Miquel Asensio podríamos decir que es de esos percusionistas que, a pesar de sonar perfectos, pasan desapercibidos en un disco. Su trabajo es intenso y versátil pero lo mejor que hace es crear el marco ideal para el lucimiento de sus compañeros; sin embargo, basta una escucha atenta (pongamos "Mind The Gap" o el contrafact de Benny Golson "Unstable Moments", pero serviría cualquier corte de este disco) para notar que sus baquetas acumulan una experiencia notable. 

En resumen, un disco recomendable para todos los públicos (profanos incluidos) y un cuarteto que más que un combo es un conjunto de solistas a los que prestar atención.



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* El cuarteto en Facebook: www.facebook.com/feefifofumquartet/